Libro

Arnold Paole. Visum et Repertum.

Las epidemias de Medveđa (1725 y 1731)


El caso de Arnold Paole, el llamado vampiro de Medvedja, junto al de Pedro Plogojowitz, no puede faltar en cualquier obra o monografía que se ocupe de las plagas de vampirismo en Europa. Destaca por muchas razones, pero una de las principales es la documentación oficial que se generó en torno al mismo, lo que convierte a este caso en uno de los mejor conocidos y documentados. La intervención de las autoridades dio lugar a extensos informes médicos y militares. Especialmente famoso entre los investigadores es el informe conocido como Visum et Repertum, que se traduce como Visto y Descubierto (el texto original en alemán es accesible desde aquí), y que nos da la grafía Arnout Pavle. El caso trascendió las fronteras, especialmente cuando saltó a las páginas de los periódicos de la época, abriendo así un debate en el que se involucraron tanto del público en general como los estamentos académicos.

MARCO GEOGRÁFICO E HISTÓRICO

Situémonos... Los hechos tuvieron lugar en la localidad de Medvedja. Los informes en los que se refleja el caso la denominan Medwegya y Metwett. Se trata de una ciudad serbia, Medveđa (Медвећа), entre las localidades de Bogdanje, muy cercana ésta a Trstenik (Трстеник), y de Velika Dremonva. Su nombre significa en serbio "lugar de osos" (oso en serbio es medved). Está situada en las coordenadas 43°37'45''N 21°04'42''E. En el año 2002 estaban censadas en ella 2694 personas. Esta ciudad del municipio de Trstenik no debe ser confundida con dos ciudades homónimas situadas, una al norte, en el distrito de Despotovac, y otra al sur en el distrito de Jablanica. Los topónimos usados en el informe, además del dato de que la población está próxima al río Morava, donde se arrojaron las cenizas de algunos vampiros, no dejan lugar a dudas.

La situación histórica de Medveđa durante los años en los que ocurrieron los hechos es muy similar a la de Kisiljevo, la localidad serbia más al norte donde aconteció el caso de Plogojowitz. Recordaremos brevemente lo que dijimos en el artículo sobre aquel caso. En 1463, Serbia, y por tanto poblaciones como Medveđa, cayó en poder de los turcos. En 1688 los austriacos consiguieron ocupar el territorio, pero apenas consiguieron retenerlo un año, de modo que siguió formando parte del Imperio Turco. En 1714, estalló una guerra que enfrentó a turcos por un lado y a austriacos y venecianos, aliados entre si, por otro. Las tropas austriacas sitiaron Belgrado arrebatándosela a los otomanos en 1717. La toma de la ciudad decidió el curso de la guerra. Por fin el 21 de julio de 1718 se firmaba el tratado de Passarowitz en virtud del cual el territorio serbio pasaba a manos austriacas. En esta ocasión los austriacos conservaron el territorio durante 20 años antes de que volviera a caer en manos turcas, el período en el que tuvieron lugar las dos epidemias de vampirismo que nos ocupan.

Sitio de Belgrado

Sitio de Belgrado (16 de agosto de 1717). Bibl. Nacional de Viena (WikiMedia Commons)

Durante este periodo la administración austriaca estableció un régimen especial en todo el territorio. El territorio serbio ocupdado pasaba a depender directamente de Viena, tanto desde el punto de vista militar como desde el punto de vista jurídico. Para levantar la maltrecha economía del país, asolado por las guerras, se promovió la afluencia de colonos alemanes, búlgaros y serbios. La población serbia, incluida la que permanecía en territorio ocupado por los turcos, era cristiana ortodoxa; y muchos serbios, especialmente los que habitaban en las zonas bajo dominio del imperio otomano, llegaron a la región atraídos por la propuesta de servir en una milicia que debía defender las fronteras y movilizarse en tiempos de guerra a cambio de tierras. Estos milicianos eran llamados hajduks, o haiduk, haiduc, hayduck, hayduk,...

Veljko Petrovic

Veljko Petrovic, haiduk, héroe del siglo XVIII y cabecilla de una revuelta serbia contra los turcos (WikiMedia Commons).

Los haiduk, a lo largo de su existencia durante los siglos XVII, XVIII y XIX, acabaron rodeándose de un halo romántico. Considerados por un lado como héroes que luchaban contra el opresor turco a modo de guerrilleros, algunos también practicaban el bandolerismo no sólo contra los turcos sino contra cualquiera que atravesara sus tierras. Pese a todo, mantenían un código de honor que les impedía robar a los necesitados o matar sin justificación, razón por la cual a menudo se les ha comparado con Robin Hood. Los haiduks, como milicia de infantería ligera típica de los Balcanes, pronto se hicieron muy populares también entre húngaros, albaneses, croatas, polacos, etc.

ARNOLD PAOLE, EL HAIDUK VAMPIRO

El protagonista de los hechos que inició las dos epidemias de Medveđa es un haiduk llamado Arnold Paole, que en los informes aparece como Arnont Paule, versión germanizada de su nombre serbio, probablemente Arnaut Pavle (Арнаут Павле). Había llegado a Medveđa procedente de la Serbia ocupada por los turcos, y se había establecido allí. De su estancia en la zona turca contaba que en una ocasión fue atacado por un vampiro en Cossowa (posiblemente la actual Kosovo). Para curarse a si mismo del ataque recurrió al procedimiento típico de comer tierra de la tumba del vampiro y de frotarse con su sangre. El caso es que en 1725 sufrió un accidente que le costó la vida al romperse el cuello a consecuencia de una caída desde un carro de heno.

hajducs

Haiducs en un grabado de la época (WikiMedia Commons)

En los 20 ó 30 días que siguieron a su muerte cuatro personas de la aldea habían muerto inesperadamente. Poco antes de morir aseguraban que habían sido atacados por Paole. Diez días después, el hadnack, jefe militar y administrativo, que decía haber sido en otro tiempo testigo de acontecimientos similares, aconsejó desenterrar al cadáver. Lo encontraron incorrupto. La sangre fresca fluía de sus ojos, nariz, boca y orejas; y empapaba su camisa y el interior del ataud. La piel, y las uñas de manos y pies se habían desprendido y otras nuevas habían ocupado su lugar. Atravesaron su corazón con una estaca y un gemido, acompañado de sangre, escapó del cuerpo. Después lo quemaron y repitieron el procedimiento con sus víctimas para evitar que se convirtieran a su vez en vampiros.

LA INTERVENCIÓN DE LAS AUTORIDADES

Y así acabó todo. Pero cinco años más tarde, en el invierno de 1731, y en el transcurso de seis semanas, murieron hasta 13 personas de nuevo en la villa. Se había desatado una segunda epidemia de vampirismo. Los habitantes de Medveđa acudieron entonces al oberstleutnant (grado equivalente al de teniente coronel), el comandante militar austriaco a cargo de la administración, de nombre Schnezzer. Temiendo que se tratara de una epidemia de peste Schnezzer envió a la aldea a un médico especialista en enfermedades contagiosas (Imperial Contagions-Medicus) que por aquel entonces estaba en la ciudad próxima de Paraćin. Su nombre era Glaser.

El 12 de diciembre de 1731, Glaser, acompañado de diversos oficiales, como él mismo detalla en un informe, examinó las casas de la villa y sus habitantes y no encontró síntomas de enfermedad contagiosa, atribuyendo las muertes a la mala nutrición y a los prolongados ayunos de la Iglesia Ortodoxa Griega. Aclaremos que el Ayuno Navideño comienza a finales de Noviembre y prescribe que los fieles no coman nada de carne. A este se suma el Gran Ayuno que duraba los 40 días de la Cuaresma. Los aldeanos, sin embargo, estaban convencidos de que el origen de las muertes eran los vampiros. Dos o tres familias se reunían de noche y algunos de sus integrantes hacían guardia. Los ciudadanos amenazaban con irse de la ciudad si no se ejecutaba a los no muertos. En vista de que no había forma de convencerles Glaser consintió al fin en exhumar algunos cuerpos.

Antoniotto Botta Adorno

Antoniotto Botta Adorno (WikiMedia Commons)

Glaser se sorprendió al ver que muchos no estaban descompuestos y tenían sangre en la boca. En algunos el cuerpo aparecía hinchado. Sin embargo, otros cuerpos, de ciudadanos muertos más recientemente, como los llamados Vučica, Milošova, y Rade, presentaban estados de descomposición avanzados. Glaser envió un informe relatándole los hechos a la comandancia del distrito de Jagodina, y recomendaba que las autoridades tomaran cartas en el asunto y realizaran una ejecución de los supuestos vampiros para tranquilizar a los ciudadanos de la villa.

El oberstleutnant Schnezzer reenvió a su vez el informe del doctor Glaser a la Comandancia Suprema de Belgrado. Desde allí, el vice-comandante, Botta d'Adorno (probablemente Antoniotto Botta Adorno que participó en el sitio de Belgrado), envió a Medveđa una segunda comisión, integrada por los cirujanos militares Johann FlückingerSiegele y Johann Friedrich Baumgarten, y dos militares, el teniente coronel Büttner y el oficial JH von Lindenfels, con la misión de investigar el caso.

EL INFORME DE GLASER

Antes de seguir, detengámonos para examinar el informe que envió Glaser, y cuyo original en alemán puede leerse aquí. Aventuramos una traducción. Añadimos algunas notas al texto entre corchetes para facilitar su lectura, y la separamos en párrafos con el mismo fin:

«Informe

acerca de la aldea de Metwett [nombre germanizado de Medveđa] en el Morawa [cerca del río Morava], que se quejaba de un muerto, hacia donde me dirigí para indagar minuciosamente en calidad de Physicus Contumaciae Caesareae [médico imperial] desde Parakin [la ciudad de Paraćin] el 12 de diciembre de 1731, examinando casa por casa sin haber encontrado ni un sólo indicio de enfermedades infecciosas o contagiosas, ni de tercianas, ni de fiebres cuartanas, ni de pleuresías u otras afecciones pulmonares que pudieran haber contraído antes de su ayuno. Pero después insistí más y pregunté porque se quejaban de aquel modo, y acabé por enterarme de que en el transcurso de 6 semanas habían muerto 13 personas.

Localidades que aparecen en los informes

Mapa de Serbia (fronteras actuales) y poblaciones mencionadas en los informes del caso.

Cuando pregunté de que se quejaban los que habían muerto me dijeron que los síntomas recordaban a los de la pleuresía y a los de las dolencias de pecho, así como que sufrían intensas fiebres y dolores en las extremidades similares a los que sufren los reumáticos, y que creían que se debían a vampiros [Vambyres en el original, probablemente un error tipográfico] o Chupasangres [Bluthseiger en el original]. Entonces, con la ayuda de sus propios oficiales y en presencia de los comandantes de Kragobaz [probablemente Kruševac, Крушевац], y del oficial jefe de Stallada [muy probablemente Stalać], intenté quitarles aquello de la cabeza, y de explicarles que no era posible que mantuvieran semejantes opiniones. Y contestaban que preferían dejar aquel lugar e ir a otro sitio antes que dejarse matar, así como que durante la noche se reúnían 2 ó 3 familias, y unos duermen mientras los otros vigilan, y aseguran que las muertes no pararán hasta que las autoridades, mediante una resolución gubernamental, no ordenen la ejecución de los vampiros [Vampyres en el original].

Luego afirmaban que en la aldea había dos mujeres que a su muerte se habían convertido en vampiros y que habían atacado a otros vampirizándolos. Las mujeres habían muerto hacía 7 semanas y el pueblo estaba convencido de que eran vampiras, especialmente la más vieja. De modo que he hecho abrir 10 tumbas para examinarlas y hacer un informe detallado de los hechos. Y la primera de las tumbas que he hecho abrir ha sido la de la anciana, de nombre Miliza, y de la que se empecinan en pensar que es la culpable de todo. La vampira tenía 50 años cuando murió hacía 7 semanas. Llegó desde la zona turca hacía ya 6 años y se había establecido en Metwett, y en este tiempo había sido una buena vecina y nadie tenía conocimiento de que se hubiera dedicado a creencias o prácticas diabólicas. De constitución seca y delgada, había mencionado a algunos vecinos que mientras vivió en tierras turcas había comido carne de dos ovejas muertas por vampiros, razón por la cual se habría convertido en vampiro tras su muerte, y en este discurso basaban su opinión sobre el tema.

He examinado el cadáver de esta persona, y si antes era de constitución seca y delgada, ahora estaba engordada, y habiendo sido enterrada profundamente en tierra desde hacía ya siete semanas, debería estar en un estado más avanzado de descomposición, y sin embargo tenía la boca abierta, la nariz y la boca llena de sangre brillante y fresca, el cuerpo muy inflado y embebido en sangre. Todo aquello me pareció muy sospechoso pero no se podía culpar de ello a la gente, y sin embargo cuando se abrieron la tumbas de otros más jóvenes y que en vida tenían constitución más robusta y habían muerto tras una corta enfermedad menos grave que la de la vieja se podía ver que estaban en un estado más avanzado de descomposición, como es de esperar en un cadáver normal.

La otra mujer de la que se decía que era vampiro se llamaba Stanno, y que murió al traer un niño al mundo que falleció también al poco de nacer, tenía 20 años y había sido enterrada hacía un mes, y en vida contaba a sus vecinos que cuando vivía en la zona turca, donde los vampiros eran muy numerosos, se había cubierto de la sangre de un vampiro que había sido ejecutado allí para protegerse de ellos, y que por consiguiente al morir se convertiría en vampiro. Examiné también el cadáver del niño. Puesto que no había recibido el bautismo se le había enterrado fuera del cementerio, detrás de una valla que estaba donde vivía su madre.

Los demás murieron en un intervalo de tiempo muy breve tras el cual se convirtieron en vampiros, según la opinión del pueblo: Los vampiros son: Milloi, un chico de 14 años, muerto hacía 5 semanas; Joachim, un chico de 15 años, muerto hacía 5 semanas; murieron con un día de diferencia tras sufrir malestares durante su ayuno. Ruschiza, una mujer de 40 años, muerta hacía 15 días, es muy sospechosa. Petter, un niño de 15 días de edad, muerto hacía 5 semanas, es muy sospechoso.

Por último los ciudadanos de Metwett se preguntaban porque estos últimos siendo más jóvenes, y habiendo sido enterrados en sus tumbas desde hacía tan poco tiempo, y habiendo muerto de enfermedad y de enfermedad muy grave, estaban descompuestos, pese a ser mucho más corpulentos, más jóvenes y más frescos que los otros. Y es que estaban totalmente descompuestos. Estos razonamientos no carecen de fundamento. Tal era el caso de Milosowa, mujer de un hajduk, de 30 años de edad y muerta hacía 3 semanas, que estaba más o menos descompuesta después de ese tiempo, como debe ser. Radi, un chico de 24 años, muerto desde hacía 3 semanas. Wutschiza, una chica de 9 años, muerta hacía 1 mes.

Por esta razón ruegan que el gobierno lleve a cabo una ejecución de los que son sospechosos a cargo de la autoridad para poner fin a esta plaga, lo cual me parece necesario para tranquilizar a esta gente de un pueblo relativamente importante.»

LA LLEGADA DE FLÜCKINGER

Como hemos dicho, el informe fue enviado a la comandancia del distrito de Jagodina, desde donde el oberstleutnant Schnezzer lo reenvió a la Comandancia Suprema de Belgrado, desde donde a su vez el vice-comandante, Botta d'Adorno, dio órdenes de enviar a Medveđa a los cirujanos militares Johann FlückingerSiegele y Johann Friedrich Baumgarten, el teniente coronel Büttner y el oficial JH von Lindenfels, con la misión de investigar el caso. Es el cirujano Flückinger el que se encargó de redactar el informe final con la investigación sobre el caso, el famoso documento conocido como Visum et Repertum (Visto y Descubierto), firmado en Belgrado el 26 de enero de 1732 por los cinco comisionados, y cuyo original se conserva en Viena (puede verse el texto del original alemán aquí). De nuevo añadimos nuestras propias notas entre corchetes:

«Visum et Repertum

Acerca de los llamados Vampiros o Chupasangres, en Medwegya en Serbia, en la frontera con los turcos, a 7 de enero de 1732.

Después de que hubiera sido reportado que en la aldea de Medvegia los supuestos vampiros habían matado a gente bebiendo su sangre, fui enviado allí por decreto supremo de un honorable comandante local, para investigar el asunto a fondo, junto con los oficiales designados para este propósito y a dos suboficiales médicos. Para ello se hicieron interrogatorios junto al capitán de la compañía de haiduks de Stallath [la actual Stalać], Gorschiz, hadnack [jefe militar y administrativo], el bariactar [portaestandarte] y los haiduks más viejos de la aldea.

Refirieron de modo unánime lo siguiente: que hacía cinco años un haiduk local de nombre Arnont Paole se rompió el cuello en una caída desde un carro de heno.

Este hombre según él mismo había dicho fue atacado por un vampiro cerca de Cossowa en la Serbia turca, donde había comido la tierra del sepulcro del vampiro y se había manchado frotado con la sangre del vampiro, para liberarse de su maldición. A los 20 o 30 días después de su muerte algunos se quejaron de que el mencionado Arnont Paole les estaba atacando; y que de hecho había matado ya a cuatro personas.

Para acabar con este mal, cuando habían transcurrido ya 40 días de su muerte, se procedió a desenterrar a Arnont Paole siguiendo el consejo de su Hadnack, que se había encontrado anteriormente con situaciones similares; y encontraron que estaba completo e incorrupto, y la sangre fresca fluía de sus ojos, nariz, boca, y oídos; así como que la camisa, la tapa, y el ataúd estaban totalmente ensangrentados; que se habían caído las uñas de sus manos y pies, junto con la piel, y que le habían crecido otras nuevas; y puesto que al ver esto se convencieron de que era un vampiro, atravesaron su corazón con una estaca según su costumbre, sangrando copiosamente y pudiéndose oír claramente un gemido. El mismo día se quemó el cuerpo y fueron lanzadas las cenizas al sepulcro. Esta gente aún llega más lejos y afirma que todos los que fueron atormentados y muertos por el vampiro se convierten a su vez en vampiros. Por lo tanto desenterraron a las cuatro personas antes mencionadas y procedieron de la misma forma. Agregaron que el tal Arnont Paole no sólo atacó a la gente sino también al ganado chupando su sangre. Y puesto que la gente utilizó la carne del ganado atacado algunos vampiros aún andan por la región, ya que en un período de tres meses 17 jóvenes y ancianos sanos habían fallecido, muriendo algunos de ellos en dos o a lo más tres días sin haber contraído previamente ninguna enfermedad. Además, el haiduk Jowiza informó de que su hijastra, de nombre Stanacka, hacía 15 días se había ido a dormir fresca y sana, pero que despertó a la medianoche dando gritos terribles, temblando y aterrorizada; quejándose de que el hijo muerto de un haiduk, de nombre Milloe, que había muerto nueve semanas antes, había intentado asfixiarla causándole un gran dolor en el pecho, y que su situación fue empeorando hasta que finalmente murió al tercer día. Llegados a aquel punto nos dirigimos aquella misma tarde hasta las tumbas acompañados de los haiduks más ancianos mencionados más arriba, con el fin de abrir las tumbas sospechosas y examinar los cadáveres de su interior, y tras ser diseccionados esto fue lo que se encontró:

1. Una mujer de nombre Stana, de 20 años de edad, que había muerto durante un parto dos meses antes, tras una enfermedad de tres días, y que había dicho ella misma antes de morir que se había cubierto con la sangre de un vampiro, por lo cual tanto ella como el bebé, que había muerto nada más nacer, y que debido a un enterramiento inadecuado estaba medio devorado por los perros, se convertirían también en vampiros. Estaba entera e incorrupta. Tras abrir el cuerpo se encontró una cantidad de sangre extravascular en la cavidad del pecho. Los vasos de arterias y venas así como el ventrículo cordial no estaban llenos de sangre coagulada, como es habitual, y todas las vísceras, es decir, pulmones, hígado, estómago, bazo e intestinos estaban tan frescos como los de una persona sana. Pese a todo, el útero estaba bastante dilatado y muy inflamado debido a que la placenta se había quedado en el interior, por lo cual estaba en estado de total podredumbre. La piel de sus manos y pies, al lado de las uñas viejas habían caído por sí mismas, pero por otra parte se apreciaban uñas completamente nuevas al lado de la piel fresca y vívida.

2. Había una mujer de nombre Miliza, de unos 60 años, que había muerto después de una enfermedad de tres meses y había sido enterrada hacía 90 días. Se encontró mucha sangre líquida en su pecho, y el resto de las vísceras estaban, como en el caso anterior, en buenas condiciones. Durante su disección todos los haiduks que estaban cerca se maravillaron mucho de su cuerpo orondo y perfecto, y todos los que la habían conocido bien desde su juventud declararon de modo unánime que durante su vida su aspecto era muy magro y seco y hacían hincapié en cómo había conseguido esta gordura sorprendente en la tumba. Dijeron también que había sido ella la que comenzó esta nueva plaga de vampiros al haber comido carne de las ovejas que habían sido muertas por los vampiros anteriores.

3. Había un niño de ocho días que había estado en la tumba durante 90 días y presentaba los mismos síntomas de vampirismo.

4. El hijo de un haiduk, Milloe, de 16 años, desenterrado tras haber permanecido bajo tierra durante nueve semanas después de haber fallecido por una enfermedad que duró tres días y estaba en las mismas condiciones que los otros vampiros.

5. Joachim, hijo también de un haiduk, de 17 años, muerto tras una enfermedad de tres días. Permaneció enterrado durante 8 semanas y 4 días y, al practicarle la disección, se encontraba en condiciones similares.

6. Una mujer de nombre Ruscha muerta tras dos días de enfermedad y que había sido enterrada hacía 6 semanas, no solo tenía mucha sangre fresca en el pecho, sino también en fundo ventriculi. Lo mismo se encontró en su hijo que con 18 días había muerto hacía 5 semanas.

7. No menos ocurrió con una chica de 10 años que había muerto hacía 2 meses, que se encontraba en condiciones similares a las ya mencionadas, completa e incorrupta; y con mucha sangre fresca en su pecho.

8. Se procedió a desenterrar a la esposa del Hadnack y de su hijo. Ella había muerto hacía 7 semanas, y su hijo, que tenía ocho semanas, había muerto hacía 21 días, y se encontró que ambos, madre e hijo, estaban completamente descompuestos, pese a que la tierra y la sepultura eran iguales a las de los vampiros que yacían en las proximidades.

9. Un criado del regimiento local de haiduks, llamado Rhade, de 23 años, muerto tras una enfermedad de 3 meses de duración, se le halló completamente descompuesto después de haber permanecido 5 semanas bajo tierra.

10. La mujer del bariactar local, al lado de su hijo, que habían muerto hacía 5 semanas, estaban también completamente descompuestos.

11. En el cuerpo de Staniko, un haiduk de 60 años que había muerto hacía 6 semanas, se encontró mucha sangre líquida, como en los otros, en el pecho y en el estómago. Todo el cuerpo estaba en el estado de vampirismo que ya se ha citado varias veces.

12. Milloe, un haiduk de 25 años, que había permanecido 6 semanas bajo tierra, también se encontraba en las condiciones ya mencionadas de vampirismo.

13. Stanoicka, la esposa de un haiduk, de 20 años, muerta tras una enfermedad de 3 días y que había sido enterrada hacía 18 días. En la disección se halló que su semblante era de un rojo vivo y, como ya se ha mencionado más arriba, había sido estrangulada, a medianoche, por Milloe, el hijo del haiduk, y mostraba además en su lado derecho, bajo la oreja, una moratón de un dedo de longitud. Al ser sacada de la tumba, una cantidad de sangre fresca fluyó de su nariz. Al realizar la disección encontré, como ya se ha mencionado a menudo, un sangrado fresco, fragante y regular, no sólo en la cavidad torácica, sino también en el ventrículo cordial. Todas las vísceras se hallaban en buen estado y sanas. La hipodermis de todo el cuerpo, junto a las uñas de manos y pies, estaban como si fueran totalmente recientes.

Tras el examen, los gitanos locales cortaron las cabezas de los vampiros y después se quemaron junto con los cuerpos, hecho lo cual las cenizas fueron arrojadas al río Morava. Los cuerpos descompuestos, sin embargo, fueron devueltos a sus sepulcros. Todo lo cual atestiguo junto con los médicos castrenses auxiliares. Actum ut supra:

L.S. Johann Flückinger, Oficial Médico del Regimiento de Infantería del honorable Barón Fürstenbusch.

L.S. Siegele, Oficial Médico del Honorable Regimiento de Marull.

L.S. Johann Friedrich Baumgarten, Oficial Médico del Regimiento de Infantería del honorable Barón Fürstenbusch.

Los abajo firmantes atestiguan que todo lo que como médico castrense del Honorable Regimiento Fürstenbusch ha observado en materia de vampiros, junto a los médicos castrenses que firman con él, es verídico y se ha realizado, observado y examinado en nuestra presencia. Para confirmarlo estampamos nuestra firma de nuestro puño y letra y por propia voluntad. Belgrado, 26 de enero de 1732.»

L.S. Büttner, Teniente Coronel del honorable Regimiento Alexander.

L.S. J.H. von Lindenfels, Oficial del honorable Regimiento Alexander.»

El río Morava

El río Morava, a cuyas aguas fueron arrojadas las cenizas de los vampiros de la segunda plaga de Medveđa.Foto de Borjan Zlatkovic (WikiMedia Commons)

LOS VAMPIROS CONQUISTAN EUROPA

Pronto el caso de los vampiros de Medveđa saldrá a la luz pública convirtiéndose en motivo de una controversia que sacudirá a Europa entera. El doctor Johann Friedrich Glaser de Viena, padre del primer doctor imperial enviado a la aldea, era corresponsal del diario semanal Commercium Litterarium (Commercium litterarium ad rei medicae et scientiae naturalis incrementum), de Nuremberg, considerado como la primera revista científica médica. El 13 de febrero de 1732 el doctor Johann Friedrich Glaser envió una carta a los editores, dirigida al redactor Götz del diario, relatándole los hechos de los que había sido testigo su hijo prometiendo un informe más detallado (pulsa aquí para ver el texto original en alemán de la carta):

«Mi hijo, médico imperial de Paraćin en el territorio turco de Serbia, a 25 millas de Belgrado, me escribió el 18 de enero que en esta región, en particular en la aldea de Medwegya, no muy lejos de Bara chin [¿Paraćin?], desde hace algún tiempo hace estragos una enfermedad mágica. Muertos enterrados del modo más normal se alzan intactos de sus tumbas y asesinan a la gente. Estos, a su vez, muertos y enterrados, se alzan de sus tumbas y matan a otros del mismo modo. Esto ocurre de la siguiente manera: los muertos atacan durante la noche a los durmientes y les chupan la sangre, de modo que al tercer día todos mueren. No se ha encontrado hasta ahora cura alguna contra este mal. Ya que muchos han muerto en muy poco tiempo de este modo, las autoridades locales ordenaron que el asunto se examinara con el mayor detalle. Entre aquellos a los que se ordenó acudir estaba mi hijo, medicus et physicus [médico y naturalista]. Convocados al unísono el juez y principal del pueblo y los miembros del jurado, se expuso que efectivamente estas cosas pasaban, aunque no se sabía cómo. No fue hasta que se advirtió que la gente estaba ansiosa, atemorizada y preocupada de sus sueños y quejumbrosa, etc. que se pudo organizar una visita al cementerio y los delegados pudieron abrir las tumbas, hallando diez personas en sus ataúdes, casi como cuando vivían, totalmente incorruptos, pero con sus ataúdes, la ropa, los vestidos y los sudarios manchados de sangre fresca que fluía de la nariz, de la boca, de las orejas y los genitales y teniendo nuevas uñas en los dedos de manos y pies. Todos estos vampiros, como allí se les denomina, fueron decapitados, tras lo cual se quemó sus cuerpos, y sus cenizas fueron esparcidas en el río Morava. Mi hijo tuvo la oportunidad de hacerles antes la autopsia y los intestinos estaban todos saludables e ilesos, pero el estómago y el diafragma estaban llenos de sangre. Eso es lo que me ha escrito de modo apresurado y me ha prometido un informe detallado para nuestro gobierno y para el Collegium Sanitatis donde añadirá más cosas».

La carta fue publicada y despertó un gran interés. Posteriormente el 3 de marzo de ese mismo año, 1732, el caso fue publicado en La Haya, en la revista francoholandesa Le Glaneur Historique, en un artículo que llevaba por nombre Question physique: sur une espéce de prodige dûement attesté (Cuestión médica: acerca de una especie de prodigio debidamente atestiguado) y que se basaba en el informe de Flückinger, el Visum et Repertum, que se ofrecía íntegro. En el texto, en francés, aparece por primera vez la palabra vampyre.

Portada de The Gentleman's Magazine. Número de marzo de 1732

Portada de The Gentleman's Magazine. Número de marzo de 1732, en el que aparecía una reseña sobre Arnold Paole.

El doctor Juan Gómez-Alonso en su magnífica obra Los Vampiros a la luz de la medicina, transcribe parte del texto. En él el autor menciona como las gentes que habitan entre el río Teysse y Transilvania creían en la existencia de ciertos muertos a los que llaman vampiros que chupan la sangre de los vivos, y mientras sus víctimas se consumen y extenúan el cadáver se hincha como una sanguijuela, llenándose de tal modo de sangre que brota por todos sus conductos y poros. A continuación, tras esta introducción el articulista incluía el documento de Flückinger, y acababa solicitando a los médicos que aportaran luz sobre estos prodigios.

El artículo tuvo una enorme repercusión entre sus lectores, hecho del que se haría eco el propio periódico en un artículo posterior que aparecería sólo dos semanas más tarde, y en el cual se criticaba la actitud de muchos lectores que se habían posicionado a favor, como creyentes en el vampirismo, o en contra, sin exhibir ningún tipo de argumento. Por esta razón prometía el periódico que recabaría la opinión de algunos médicos y mencionaba un caso parecido en la ciudad morava de Olmutz que provocaron consultas a Academias y Universidades.

Antes de que acabara el mes de marzo el  relato de los sucesos de Medveđa podía leerse en los periódicos ingleses The Gentleman's MagazineThe London Journal. El caso se debatía en la Academia de Berlín y en la feria de Leipzig se vendían folletos con el caso de los vampiros serbios. Hemos podido ver el texto aparecido en el número de marzo de The Gentleman's Magazine (Volumen II, pagína 681), y que se encontraba en la sección de noticias del extranjero (pulsa aquí para ver una imagen del original):

«Desde Medveyga en Hungría, que ciertos cuerpos muertos llamados vampiros [Vampyres], han dado muerte a varias personas chupando su sangre. El comandante en jefe, y los magistrados del lugar les examinaron cuidadosamente y declararon unánimemente, que hacía 5 años antes, a un cierto Heyduke llamado Arnold Paul, se le había oido decir en vida que había sido atormentado por un vampiro [Vampyre], y que para remediarlo había comido tierra de la tumba del vampiro, y se había frotado con su sangre. Que 20 ó 30 días después de la muerte del susodicho Arnold Paul, varias personas referían haber sido atormentadas; y que había tomado las vidas de 4 personas. Para detener esta calamidad, los habitantes han consultado a su Hardnagi y desenterrado su cuerpo, transcurridos 40 días desde su muerte, y encontraron sangre fluida [pura y florida en el original] en su nariz, boca y orejas, que su mortaja y cubierta estaban llenas de sangre; y que sus uñas en pies y manos habían caido, y unas nuevas habían crecido en su lugar. Por todo ello se persuadieron de que era un vampiro, y, de acuerdo a su costumbre, clavaron una estaca en su corazón; tras lo cual exhaló un estertor horroroso. Quemaron su cuerpo hasta reducirlo a cenizas, y las arrojaron a la tumba. Añadían además, que aquellos que han sido atormentados o muertos por vampiros se convierten vampiros al morir. Por ello dieron el mismo trato a otros cadáveres que como el de Arnold Paul atormentaban a los vivos».

Gracias a estas publicaciones que recogían los hechos de Medveđa, la palabra "wampyre" empezó a usarse en inglés, mientras que en francés se empleó el término "vampyre". Los embajadores de Francia y Prusia en Viena informaron a sus gobiernos acerca de los sucesos, y el rey de Prusia Federico Guillermo I, al recibir una copia del informe de Flückinger, conminó a la Sociedad Real de Ciencias para que investigara los hechos. Al cabo de un mes el conde Otto zum Stein informó al rey de los resultados de la investigación, según los cuales todo era una ficción popular.

Federico Guillermo I de Prusia

Federico Guillermo I de Prusia se mostró muy interesado al recibir una copia de Visum et Repertum, y ordenó a la Sociedad Real de Ciencias una investigación sobre el vampirismo.

Al año siguiente en 1733 se publicaba en Wolfenbüttel la obra de Johann Christoph HarenbergVernünftige und Christliche Gedancken über die Vampirs Oder Blutsaugenden Thodten. La sección 2, Der Actenmäβige Bericht über die Vampirs, so sich zu Meduegia in Servien an der Türckischen Gräntzen sollen befunden haben, lautet von 17ten Ian. 1732, reproducía el informe de Flückinger. A partir de este momento rara es la obra que toque el tema sin hacerse eco de estos sucesos.

Las opiniones de los médicos que prometía Le Glaneur Historique parece que no llegaron. Según el doctor Juan Gómez-Alonso, el 23 de abril de 1733 apareció otro artículo en Le Glaneur Historique, con el siguiente titular: Courtes reflexions physiques sur le vampirisme.

El texto comenzaba definiendo a los vampiros como cadáveres que chupaban la sangre de los vivos haciéndoles morir poco a poco de forma muy dolorosa y haciéndoles adelgazar progresivamente mientras el cadáver engordaba en su tumba llenándose de sangre. La piel de estos vampiros se renueva, y sus cabellos, uñas y barbas crecen. Decía asimismo que la única forma de liberarse de sus tormentos era desenterrarlos y clavarles una estaca en el corazón, lo que hacía que soltaran un grito espeluznante. Luego había que cortarles la cabeza, quemarla y esparcir sus cenizas en un río o al viento. El articulista afirmaba que lo que se contaba era cierto, pero que en realidad había que atribuirlo a la mala alimentación de los habitantes de Hungría que además tenían arraigadas supersticiones acerca de los que morían tanto de muerte natural como de las frecuentes epidemias de aquellos lugares, lo cual fomentaba la creencia de que los muertos se levantaban de sus tumbas para "morderlos, pellizcarlos, chuparlos y maltratarlos".

Se decía a continuación en el artículo que la pretendida succión de sangre no era sino alguna enfermedad contagiosa similar a la que producían las mordeduras de los perros rabiosos. Según el articulista el veneno procedente de perros rabiosos, tarántulas, vampiros, o el que se produce por amor extremo o pasiones violentas es un gusano que se alimenta de la sustancia del afectado, royendo constantemente su corazón, poniendo el cuerpo en combustión hasta que lo lleva a la tumba. La fluidez sanguínea que se encontraba en los cadáveres sospechosos y el alarido que emitían los estacados tenían según él explicación por algún fenómeno físico. El artículo acababa diciendo que las ejecuciones de vampiros sólo curaban la fantasía de aquellos que creían en vampiros. Ficción o no la fiebre de los vampiros se extendió por toda Europa como un reguero de pólvora.

Calmet incluiría este caso en su Dissertation sur les revenants ne corps, les excommunies, les oupirs ou vampires, brucolaques, publicado en 1746. Para ello utilizó los artículos de Le Glaneur Historique. Calmet emplea las grafías Arnold Paul y Médreïga, para personaje y ciudad respectivamente. Traducimos del francés el capítulo XIV de su Dissertation sur les revenants ne corps, les excommunies, les oupirs ou vampires, brucolaques, donde discute el contenido de uno de laos artículos del periódico Le Glaneur Historique y reproduce una carta de un amigo suyo que le refiere datos interesantes sobre las creencias en vampiros en el centro de Europa, y acerca de una comisión que partió desde Belgrado para investigar y ajusticiar a un vampiro de una localidad cercana, que quizá podría ser la del doctor Glaser:

CAPÍTULO XIV

Conjeturas del glaneur de Holanda en 1733. N° ix.

El Glaneur holandés, poco crédulo, da los hechos por verídicos, no teniendo ninguna buena razón para negarlos; razona de un modo poco serio, y pretende que los pueblos en los que se ven vampiros son muy ignorantes y muy crédulos, de modo que las apariciones de la que hablan no son sino efectos de su calenturienta imaginación. Todo está ocasionado y aumentado por la pobre alimentación de estos pueblos, que la mayor parte del tiempo no comen más que pan de avena, raíces, y cortezas de árboles, alimentos que no pueden engendrar más que una sangre grosera, y en consecuencia propensa a la corrupción, y a producir en la imaginación ideas sombrías y pesarosas.

Compara este mal al de la mordedura de un perro rabioso, que comunica su venero a la persona a la que muerde. Del mismo modo aquellos que se infectan de vampirismo, comunican este peligroso veneno a aquellos que les frecuentan. De ahí los insomnios, los sueños quiméricos y las pretendidas apariciones de los vampiros.

Conjetura que este veneno no es otra cosa que un gusano que se nutre de la substancia más pura del hombre, que roe incesantemente su corazón, que mata los cuerpos, y que no le abandona ni en el fondo de la tumba. Es cierto que los cuerpos de los que han sido envenenados, o que mueren de contagio, no se pudren tras su muerte, ya que la sangre no se coagula en las venas; por el contrario se rarifica y hierve del mismo modo que se observa en los vampiros, en los que la barba, los cabellos y las uñas crecen, en los que la piel está sonrojada, que parecen cebados, porque la sangre se infla y llena todas sus partes.

En cuanto al grito que los vampiros hacen cuando se les atraviesa el corazón, nada hay más natural: el aire que se encuentra encerrado allí es obligado a salir de forma violenta, produciendo necesariamente ese ruido a su paso por la garganta. A menudo los cuerpos muertos suenan sin que se les toque. Se concluye por tanto que la imaginación trastornada por la melancolía o la superstición, pueden hacer creer que la enfermedad de la que hablamos, la produzcan cadáveres vampiros, que vienen a chupar hasta la última gota de sangre.

Un poco antes, dice el periódico que en 1732 aún se descubrían vampiros en Hungría, Moravia, y la Serbia turca; que no se puede dudar de este fenómeno porque está demasiado bien comprobado; que numerosos médicos alemanes han compuesto gruesos volúmenes en latín y alemán acerca de esta materia; que en las Academias y las Universidades Alemanas resuenan aún los nombres de Arnold Paul, de Stranoska la hija de Sovitzo y del haiduk Millo, todos famosos vampiros del distrito de Médreïga en Hungría.

He aquí una carta que ha escrito uno de mis amigos para comunicarme acerca de los retornados de Hungría; el autor tiene un modo de pensar muy distinto al del Glaneur en lo que respecta a los vampiros.

Para satisfacer a las demandas del señor Abad Dom Calmet en lo que concierne a los vampiros, el abajo firmante tiene el honor de asegurarle que no hay nada más verídico y es tan cierto, que él mismo habrá leído sin duda la actas públicas e impresas, aparecidas en los periódicos por toda Europa; pero de todas estas actas que se han publicado el señor abad debería fijarse, por su notoriedad y autenticidad, en la de la diputación de Belgrado ordenada por su S. M. Imperial Carlos VI de gloriosa memoria, y ejecutada por su hijo, su Alteza Serenísima el Duque Carlos Alejandro de Wurtemberg, que era por entonces Vicerey o Gobernador del Reino de Serbia; sin embargo por el momento no puedo determinar el año, ni el mes, ni el día, a falta de mis papeles, que no tengo conmigo en estos momentos.

El príncipe mandó partir desde Belgrado a una delegación mixta de Oficiales militares y civiles, junto al Auditor General del Reino, con destino a una ciudad donde un famoso vampiro muerto hacía muchos años estaba causando grandes estragos entre los lugareños: ya que advierta que no es sino entre la familia y la propia parentela como estos chupadores de sangre se complacen en destruir nuestra especie. Esta delegación estaba compuesta de gentes de reconocida buena conducta, y también por su saber; irreprochables y también sabios en ambos aspectos: se les hizo prestar juramento y fueron acompañados de un Lugarteniente de Granaderos del Regimiento del Príncipe Alejandro de Wurtemberg, y de 24 granaderos del citado regimiento.

Todas las personas honestas, incluido el mismísimo Duque, que se encontraban en Belgrado, se unieron a la delegación para ser testigos oculares de las pruebas de verificación que iban a realizarse. Una vez en el lugar de los hechos se encuentran con que en el intervalo de quince días, el vampiro, tío de cinco nietos y nietas, había acabado ya con tres de ellos, y con uno de sus propios hermanos. Iba ya por la quinta víctima, una bella niña que era su nieta y a la que había chupado la sangre en dos ocasiones justo antes de que los acontecimientos posteriores vinieran a poner fin a esta triste tragedia.

Al caer la noche se dirigieron públicamente a la sepultura del vampiro en compañía de los Comisarios diputados de un pueblo no muy alejado de Belgrado. El caballero que me informó no pudo decirme nada de las circunstancias en las que a los muertos antes mencionados se les había chupado la sangre, ni pudo contarme particularidades sobre el asunto. La persona a la que le chupan la sangre sufre de tal modo que cae en un lamentable estado de languidez, de cansancio, de lasitud. Hacía como unos tres años que el vampiro había sido enterrado. Vieron salir de su tumba una luminosidad parecida a la de una lámpara, pero menos viva.

Abrieron su tumba y encontraron un hombre entero, y de aspecto tan sano como el de cualquiera de los presentes. Los cabellos y pelos de su cuerpo, las uñas, los dientes, y los ojos (medio cerrados) presentaban en él tan buen aspecto como el que tenemos nosotros que estamos vivos y existimos, y su corazón palpitaba.

Se procede rápidamente a desalojarle de su tumba. Ciertamente el cuerpo no tenía mucha flexibilidad, pero no le faltaba parte alguna, ni carne, ni huesos. Se le atravesó al momento con una especie de lanza de hierro redonda y puntiaguda: salió de él una substancia blancuzca y fluida con sangre, pero había más cantidad de sangre que de esta substancia, y todo ello sin mal olor. A continuación se le cortó la cabeza con un hacha parecida a las que se usan en Inglaterra para las ejecuciones. De nuevo salió una substancia y sangre de modo parecido a como acabo de describir, pero en proporción más abundante que la que había salido del corazón.

Además de esto se le arrojó a una fosa llena de cal viva para que se deshiciera más rápidamente; y tras cumplir con todo esto su nieta, aquella a la que había chupado la sangre dos veces, comenzó a mejorar. En el lugar en que les chupan la sangre se forma una mancha de fuerte coloración azul; no hay un sitio determinado del que chupen, puede ser en uno, o puede ser en otro. Es un hecho notorio atestiguado por las Actas más auténticas, y pasó a la vista de más de 1300 personas todas dignas de fe.

Pero para satisfacer completamente la curiosidad del sabio abad Dom Calmet me reservo el detallarle todo lo que yo he visto sobre este asunto con mis propios ojos, y lo remitiré al Señor Caballero de Saint Urbain para que se lo envíe, sumamente encantado, tanto en esto como en cualquier otra cosa, de poder encontrar ocasiones de probarle que nadie le tiene tan perfecta veneración y respeto como

Su muy humilde y muy obediente servidor L. de Beloz, en otro tiempo Capitán del Regimiento de su S.A.S el Príncipe Alejandro de Wurtemberg, y su Ayudante de campo, y actualmente Capitán de Granaderos en el Regimiento del Señor Barón de la Trenck.

Hay algunos datos en este informe que parecen exagerados, especialmente el número de testigos, 1300. La localidad cercana a Belgrado donde se reúnen con Comisarios diputados podría ser Kruševac, pues en el informe de Glaser se menciona que están con él los "comandantes de Kragobaz". La luz encima de la tumba del vampiro podría ser un fuego fatuo, un fenómeno perfectamente natural y relativamente frecuente en los cementerios debido a los compuestos de fósforo en estado gaseoso que se liberan durante la putrefacción. Los granaderos que acompañan la expedición son del Regimiento del Príncipe Alejandro, posiblemente el mismo que el de dos de los oficiales que acompañan a Flückinger y firman con él el informe de la segunda comisión que siguió a la de Glaser.

OBSERVACIONES

  • Algo que siempre nos ha llamado la atención es la falta de documentos de origen turco sobre el fenómeno. De los informes del caso se desprende que los serbios que venían de territorios ocupados por los turcos afirmaban que allí los casos de vampirismo eran muy abundantes.
  • Muchas de las marcas de vampirismo señaladas en los informes tienen una explicaión médica y racional. La gordura que presentan algunos cuerpos se debe a la generación de gases en el cuerpo. El gemido que se oye al estacarlos se debe a la liberación violenta de los gases acumulados en los pulmones que al salir por las vias respiratorias produce dicho sonido. Los recién nacidos, al carecer de flora intestinal tienden a momificarse. El terreno frío y húmedo, puede retrasar la descomposición favoreciendo la saponificación.
  • El hecho de que se asocie el vampirismo de alguna de las protagonistas del caso a la circunstancia de haber consumido carne de reses atacadas por el vampiro nos induce a pensar que quizá alguna enfermedad infecciosa contraida por dicho consumo esté detrás de algunos de los sucesos. Un fuerte candidato es el ántrax, y especialmente el carbunco, su forma más letal. La muerte puede sobrevenir en tres días a partir de la manifestación de los síntomas. La ingestión de carne contaminada puede dar lugar a la forma intestinal del carbunco que produce coma y muerte en poco tiempo. La manipulación de la piel del ganado infectado puede dar lugar a la forma respiratoria del carbunco que produce fiebres con tos que preceden a molestias y dolencias respiratorias. La muerte se produce en muy poco tiempo. Las coincidencias con algunos de los síntomas de los que se quejaban los afectados es evidente. Pero además los cuerpos de organimos muertos por carbunco presentan algunas características que recuerdan mucho a las descripciones de las disecciones realizadas por los doctores Glaser y Flückinger. Los cadáveres no presentan rigor mortis, se hinchan y la sangre sin coagular sale por todos los orificios. El abdomen y el torax suelen llenarse de sangre oscura y no coagulada debido a hemorragias. La única cosa que no cuadra es que los cuerpos lejos de preservarse mejor tienden a descomponerse con más rapidez; pero el enterramiento en suelo frío y húmedo podría retrasar la descomposición por saponificación del cadáver.
  • Los vampiros de Medveđa todavía siguen dando que hablar. El canal de TV alemán Pro7 emitió el 15 de febrero de 2008 un documental de su serie Galileo Mistery dedicado a los sucesos de Kisilova y Medveđa. Puede verse un fragmento del documental, en alemán, aquí.

© 2008. Del texto y traducciones,Javier Arries

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